Por formación profesional se entienden todos aquellos estudios y aprendizajes encaminados a la inserción, reinserción y actualización laboral, cuyo objetivo principal es aumentar y adecuar el conocimiento y habilidades de los actuales y futuros trabajadores a lo largo de toda la vida.
En España, de acuerdo con las conclusiones de la OCDE, la Comisión Europea y el SEPE; contamos con una población activa caracterizada por:
- La escasez de perfiles profesionales técnicos de nivel intermedio
- La superpoblación de perfiles universitarios
La oferta formativa de FP trata de adaptarse a las necesidades de las empresas, que a falta de suficientes perfiles intermedios han reaccionado utilizando mano de obra con titulaciones superiores (que es la más abundante en España).
La formación profesional nace como respuesta directa a las necesidades del sistema productivo, para el que es necesario que los egresados se ajusten a la nueva sociedad del conocimiento y la tecnología, con el fin de promover e impulsar la empleabilidad real de los alumnos de FP.
La empleabilidad es el principal baluarte de la FP, desde tres puntos de vista:
– La demanda real que se produce desde las empresas para este tipo de titulaciones.
– Las competencias esenciales propuestas por la OCDE.
– Las competencias transversales profesionales señaladas como imprescindibles por los directivos y empresarios a través de una encuesta diseñada y realizada por el IESE.
En el mercado laboral, especialmente desde finales de los años 80 se habla más de competencias que de cualificaciones. Las empresas consideran que las competencias clave que los jóvenes deberían adquirir son aquellas que:
- Contribuyan a la aportación de valor del individuo a la sociedad.
- Ayuden a las personas a solucionar problemas y necesidades de una amplia variedad de contextos.
- Sean relevantes no sólo para especialistas sino para todas las personas.
Las competencias propuestas por la OCDE se engloban en tres categorías:
- Uso interactivo de herramientas:
- Uso interactivo del lenguaje (no necesariamente digital)
- Uso interactivo del conocimiento y la información
- Interacción en grupos heterogéneos
- Relacionarse bien con otros
- Cooperación en equipos
- Gestión y resolución de conflictos
- Autonomía personal
- Comprender el entorno
- Delegar y ejecutar proyectos personales
- Defender derechos, intereses y necesidades con asertividad
De entre todas ellas las consideradas cinco competencias imprescindibles en el futuro son:
- Orientación a clientes. Capacidad de satisfacer las necesidades del cliente, ofreciendo una oferta de valor, cuidando todos los detalles de la relación y dando respuesta a sus peticiones y sugerencias.
- Visión de negocio. Capacidad de reconocer los peligros y aprovechar las oportunidades que repercuten en la competitividad y efectividad del negocio.
- Trabajo en equipo. Capacidad de fomentar un ambiente de colaboración, comunicación y confianza entre los miembros del equipo.
- Adaptabilidad. Capacidad para adaptar la actitud y el comportamiento en entornos cambiantes.
- Conocimiento de idiomas.
LOS PUESTOS TÉCNICOS INTERMEDIOS SERÁN CLAVE EN EL FUTURO
El cambio de época en que vivimos está generando numerosas y novedosas necesidades profesionales. Las empresas van a necesitar más técnicos o profesionales intermedios con otras habilidades o competencias transversales como:
- Cultura de valores
- Actitud proactiva
- Flexibilidad
- Capacidad de adaptación a los cambios
- Trabajo en equipos multidisciplinares
- Agilidad
- Capacidad de innovación
- Trabajo en red
- Deslocalización geográfica